Las copiosas lluvias de los últimos días, que provocaron importantes inundaciones en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, generaron el interrogante de qué puede llegar a ocurrir cuando el ferrocarril Sarmiento se transforme en una línea más de subterráneo, pero la más profunda de todas y con una traza bajo arroyos e incluso un río.La pregunta surge a partir del hecho de que durante la última tormenta registrada en el área metropolitana, todas las líneas de subtes interrumpieron sus servicios, a raíz de los anegamientos.
Cabe recordar que el denominado “soterramiento” de 32 kilómetros de la línea Sarmiento -que implica un costo de 4 mil millones de pesos- fue dispuesta por el gobierno nacional luego de que vecinos de distintos puntos se opusieran a la construcción de cruces bajo nivel, una solución factible -por su bajo costo- e imprescindible, por los frecuentes accidentes con su consecuente saldo de víctimas.
Cabe recordar que originalmente se había proyectado soterrar el ferrocarril entre Caballito y Villa Luro -la zona más densamente poblada- con un túnel para cuatro vías. El límite se había fijado en Villa Luro por la existencia de un desagüe de gran envergadura -el arroyo Cildáñez- entre esa estación y Liniers que significaba un emprendimiento más complicado.
Pero ante reclamos en el conurbano que hablaban de discriminación, porque el soterramiento se limitaba a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el proyecto del Sarmiento subterráneo se extendió hasta Moreno, aunque con solo dos vías. Consecuentemente, quedará anulada la circulación de trenes de carga, directos desde Mercedes y Lobos y desde el interior: todos ellos deberán terminar en Moreno.
Para llegar bajo tierra a la terminal del servicio eléctrico deberá pasar bajo el arroyo Maldonado en Ciudadela, de otro desagüe situado junto al paso a nivel de la calle Urquiza en Ramos Mejía; del conducto French y del arroyo Morón en la ciudad homónima (ambos cursos de agua son cruzados por puentes que se elevan a unos 10 metros), otros arroyos y desagües más adelante, y el río Reconquista, que marca el límite entre Merlo y Moreno.
Complicado sistema
Los especialistas consideran que “habrá que instalar un sistema de evacuación de agua acorde a lo que quedó demostrado en este mes: pueden llegar a caer 90 milímetros en una hora. De lo contrario, el túnel del Sarmiento, proyectado a 20 metros de profundidad, quedará completamente inundado, con el correspondiente daño para las instalaciones y trenes, y el grave riesgo para las personas que podrían quedar atrapadas”.El drenaje del agua será quizás uno de los obstáculos más difíciles de enfrentar, teniendo en cuenta que el túnel ferroviario estará situado a la altura de varias napas de agua, para cuya depresión en el distrito de Morón se han tenido que instalar bombas en distintos puntos. “Las zonas céntricas de Morón y Ramos Mejía se inundan con facilidad con cada lluvia intensa, por lo que un ferrocarril subterráneo se transformará en el desagüe natural de ese exceso de agua”, advirtieron conocedores de la situación hídrica en la zona Oeste.“Los problemas -agregaron- no son de ahora, sino de siempre. Por eso cuando se construyó el ferrocarril (en 1858 llegó a Ramos Mejía, y posteriormente se extendió hasta Morón y Moreno) se construyeron terraplenes, puentes y alcantarillas, para superar cursos de agua que pueden transformarse en torrentes”.
UN PROYECTO DE TRES ETAPAS
El soterramiento del ferrocarril Sarmiento fue establecido en tres etapas: Caballito-Ciudadela, Ciudadela-Castelar y Castelar-Moreno, asegurándose que permitirá mejorar las frecuencias. Pero ello ocurrirá recién cuando se complete la tercera etapa.La obra implicará el cierre de los talleres de Villa Luro -que serán trasladados a Francisco Alvarez, aunque sin electrificar el tramo entre Moreno y Alvarez, por lo que los coches eléctricos deberán ser arrastrados por una máquina diesel- y los de Haedo, que una parte será trasladada a Luján y otra a Empalme Lobos, a 50 y 77 kilómetros de su actual ubicación.El túnel estará ubicado a 20 metros de profundidad, lo que complicará acceder a los trenes con bicicletas, y seguramente hará desistir del ferrocarril a quienes actualmente lo utilizan para trasladarse de una estación a la siguiente.Como tendrá sólo dos vías, si una formación queda detenida por algún inconveniente, todo el ramal sufrirá las consecuencias, a diferencia de lo que ocurre ahora, que la vía cuádruple entre los talleres de Villa Luro y Haedo permite hacer sobrepasos entre formaciones.
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