
Entre el 28 de Agosto y el 2 de septiembre de 2004, los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatense S.A. (AGR) una empresa perteneciente al Grupo Clarín, fueron protagonistas de un conflicto gremial originado por la propia empresa al imponer una jornada ilegal de trabajo que incluye los sábados a la tarde y domingos con el pago de horas simples. Luego de reiteradas denuncias e infructuosos reclamos efectuados por el Sindicato Federación Gráfica Bonaerense y la comisión interna Ante el Ministerio de Trabajo, una asamblea general del taller resolvió un paro total de actividades que se prolongo durante cuatro días y que culmino con un impresionante operativo policial de características claramente intimidatorias del que participaron mas de 600 efectivos uniformados y de civil resueltos a reprimir, acompañados de dotaciones de bomberos y una descomunal infraestructura de apoyo que solo puede explicarse por el poder de influencia que los grandes grupos económicos –en este caso el Grupo Clarín– ejercen sobre distintas áreas del estado nacional.Inicialmente la empresa provoco el despido de 119 compañeros y tras la conciliación obligatoria, 48 de estos compañeros no fueron reincorporados, incluidos todos los integrantes de la Comisión Interna.Tres de los delegados, los compañeros Luis Siri, Javier Alfonso y Nicolás Rivero, con el apoyo de la Federación Gráfica Bonaerense, mantuvieron la firme decisión de reclamar su reincorporación bajo el amparo de la garantía de estabilidad gremial que debe proteger a los delegados.Sin embargo transcurridos más de cuatro años de aquellos acontecimientos, el Grupo Clarín sigue aprovechando su poder de influencia y capacidad de presión sobre sectores políticos y judiciales del país, utilizando la estrategia de judicializar un conflicto gremial para impedir o al menos obstaculizar el funcionamiento de las actividades sindicales en la planta de Artes Graficas Rioplatense S.A. y, aunque la representatividad de los delegados Luis Siri, Javier Alfonso y Nicolás Rivero ha sido ratificada en forma democrática por el voto de sus compañeros de trabajo en las elecciones de comisión interna realizadas en los años 2005,2006, 2007 y 2008 en la practica se ven imposibilitados de cumplir con las funciones gremiales que les corresponde.
Como parte de su estrategia Artes Graficas Rioplatense S.A. ha efectuado denuncias ante la justicia laboral y penal, tratando de demostrar que la legítima huelga, (en ningún momento declarada ilegal), fue en realidad una usurpación del establecimiento y que algunos de los trabajadores fueron intimidados por los delegados para obligarlos a acatar la medida.
A pesar de lo absurdo de las denuncias, las chicanas judiciales le han permitido prolongar los juicios, impidiendo mientras tanto la restitución de los delegados a sus puestos de trabajo.
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