En cuanto a la boleta única, sería de la siguiente manera: Una por cargo a elegir, léase: una para presidente y vicepresidente, otra para senadores nacionales y otra para diputados nacionales. Luego, para la elección de miembros de la Cámara alta sólo figurará el nombre de los dos candidatos titulares, y para la elección de los de la Cámara baja aparecerán los de los primeros tres candidatos. En ambos casos, el votante deberá marcar en un casillero a quiénes elige.
Pero —siempre hay un pero—, como no podía ser de otra manera, el FPV está en contra, y quien mejor que el —ya a esta altura del partido— tragicómico ministro Aníbal Fernández para salir a decir que el proyecto no sirve. Aseguró Fernández: "Con esta idea, la boleta tendría el tamaño de una bandera de ceremonia (...) No se hace en ningún país. Discutimos toda la vida 'la lista sábana no' y ahora lo que quieren hacer es una lista, no solo lista sábana, sino que ni siquiera quieren mostrar los nombres", además de considerar que la oposición "curra" con este tema y que los dirigentes de la oposición "hablan de lo que no conocen".
Evidentemente, el Ministro de Justicia, viniendo del Justicialismo bonaerense, habiendo sido intendente de Quilmes y Secretario de Gobierno durante la gobernación de Eduardo Duhalde conoce mucho del tema.

Es más, debería ser un experto, pero parece que no sólo desconoce temas que atañen a la realidad nacional, y que tampoco sabe. Por ejemplo, que el dinero para imprimir las boletas que la ley determina, es entregado sistemáticamente fuera de los tiempos adecuados a los partidos, y el costo de la impresión de las mismas debe correr por cuenta de estos.
Tampoco debe saber que no todos los partidos cuentan con los mismos recursos para ello.
Otro tema que evidentemente el Ministro desconoce, es que el correo, encargado de distribuir las boletas de todos los partidos junto con las urnas, siempre se "olvida" de hacerlo para con la de algunos partidos. También, el Ministro debe desconocer que prácticamente nunca se suspende la votación si en una mesa no hay boletas de algún partido participante del comicio; no sólo si no las hay en el comienzo de la votación porque no las llevó el correo, sino que tampoco se suspende si dichas boletas han sido robadas por algún puntero mandado a tal efecto en el transcurso de la elección. Como seguramente tampoco estará al tanto de que la impresión previa de las boletas, una vez aprobadas por la justicia electoral, facilita luego el extendido método del "voto cadena" por el cual se obliga —con métodos diversos— al votante a poner el voto que el puntero correspondiente le da. Pero lo más grave es que también parece desconocer que en la provincia de Córdoba, el 4 de diciembre pasado, se aprobó la reforma electoral que, entre otras cuestiones, instauró la boleta única.
En definitiva, parece ser que quienes más se llenaron la boca prometiendo desterrar a la “vieja política” son, precisamente, los más interesados en que la vieja política siga entre nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario