El empresario kirchnerista, Cristóbal López,
se quedó con Paraná Metal, la empresa autopartistas que estaba parada desde enero.El zar del juego estrechamente vinculado a los K, que logró quedarse con los dos barcos-casino de Buenos Aires, que amplía su negocio a miles tragamonedas instaladas en el Hipódromo y que habría financiado la campaña de los Kirchner, avanzó sobre el sector automotriz.Luego del conflicto que comenzó el 16 de diciembre cuando los directivos de Paraná Metal decidieron una parada técnica de la planta y se suspendió a todo el personal sin goce de sueldo, el Gobierno comenzó a presionar para que se reactivara la fábrica de autopartes y hasta el secretario de Comercio Guillermo Moreno intervino buscando nuevos inversores que se hicieran cargo de las deudas de la empresa que argumentaba una fuerte crisis por la caída de la demanda automotriz, pero los trabajadores los acusaban de desinversión.
se quedó con Paraná Metal, la empresa autopartistas que estaba parada desde enero.El zar del juego estrechamente vinculado a los K, que logró quedarse con los dos barcos-casino de Buenos Aires, que amplía su negocio a miles tragamonedas instaladas en el Hipódromo y que habría financiado la campaña de los Kirchner, avanzó sobre el sector automotriz.Luego del conflicto que comenzó el 16 de diciembre cuando los directivos de Paraná Metal decidieron una parada técnica de la planta y se suspendió a todo el personal sin goce de sueldo, el Gobierno comenzó a presionar para que se reactivara la fábrica de autopartes y hasta el secretario de Comercio Guillermo Moreno intervino buscando nuevos inversores que se hicieran cargo de las deudas de la empresa que argumentaba una fuerte crisis por la caída de la demanda automotriz, pero los trabajadores los acusaban de desinversión.
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