Luis De Salvo, legendario dirigente del gremio ferroviario del siglo 20

El autor de esta sección dedicada al rescate de la memoria histórica,se refiere a un dirigente cuya tarea fue fundamental y dejó una profunda huella en el movimiento de trabajadores.

El compañero Luis de Salvo nació en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, el 5 de junio del año 1904. Perdió a su padre a quien recuerda con admiración en sus memorias, siendo muy niño y su madre se trasladó a Junín, con sus cuatro hijos del que Luis era el mayor. A los diez años empezó a trabajar para ayudar a su madre en una localidad vecina a Junín, pero lo despidieron cuando era un adolescente porque se negó a robar en el pesaje de las cosechas a los chacareros de la zona.

En plena adolescencia ingresó al Ferrocarril en el Departamento de Tráfico y así fue trasladado a diferentes localidades de las provincias de Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Buenos Aires, en la línea del Ferrocarril Pacífico, actualmente Ferrocarril San Martín. Fue desarrollando una activa labor sindical en la Unión Ferroviaria (UF) en los distintos lugares que trabajó y se afilió al Partido Comunista en la ciudad de Rufino, cuando ya era un destacado dirigente vecinal.

En el Partido Comunista de Rufino, en la provincia de Santa Fe, desarrolló una intensa labor de solidaridad con varios gremios en lucha y llegaron a editar un periódico llamado «Plumas Obreras», donde defiende a los trabajadores de toda la zona de Rufino.

Dirigente ferroviario

En la biografía de Luis de Salvo de la Colección Testimonios, editado por la Editorial Anteo, narra en veinte apasionantes páginas toda la actividad incansable como dirigente del gremio ferroviario, detallando los innumerables cargos que ocupó en la UF y ya en forma particular, su actividad en las seccionales de la UF de la provincia de Buenos Aires. Simultáneamente da cuenta de su militancia en el Partido Comunista bonaerense, donde fue miembro del Comité Provincial durante muchos años e integró la Fracción Nacional Ferroviaria del Partido hasta su jubilación, pasando luego a militar en la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados, donde de Salvo participó en su fundación y militó hasta su muerte, en una incansable actividad revolucionaria.

Conocí al camarada de Salvo en vísperas de la preparación de la huelga ferroviaria en el año b1951 en la ciudad de Junín, cuando yo militaba en la Célula ferroviaria y el vino a nuestra ciudad para ayudarnos en la lucha que se avecinaba y que luego fuera reprimida ferozmente por el primer gobierno de Perón, dejando más de cien compañeros de Junín cesantes y casi veinte dirigentes presos.

Posteriormente lo frecuenté cuando yo estaba en la Sección de Educación en el año 1953 y él era miembro del Comité Provincial. Desde entonces, y luego jubilado, tuve un contacto bastante frecuente hasta poco tiempo antes de su muerte.

De Salvo fue varias veces declarado cesante en el Ferrocarril San Martín por su actividad gremial, por parte de la Empresa.

Al mismo tiempo, los jerarcas incrustados en el seno de la UF, lo expulsaron de la Organización violando descaradamente los estatutos del gremio, facilitando así la represión por parte de la Empresa. Su vinculación y prestigio con los compañeros de Alianza y otras Seccionales, lograron su reincorporación primero al trabajo y luego a las filas de la UF.

Su lucha por los jubilados

En el año 1963 fue elegido por los jubilados miembro de la Comisión Directiva de la UF, siendo votado para el cargo por todas las seccionales del país. Ya miembro de la Comisión Direactiva se dedicó a organizar a los jubilados ferroviarios y viajó a muchas seccionales del país para ayudar a la organización de jubilados del gremio, que no estaban aún organizados.

En el año 1968 ante la situación de los jubilados, mal pagados y sin sevicios asistenciales de muchos gremios, de Salvo junto a un grupo de jubilados de diferentes gremios crearon el embrión de lo que luego sería la Mesa Coordinadora Nacional. Se dirigieron a los jubilados de todo el país, realizaron muchas giras por el interior y reuniones en el Gran Buenos Aires, y en el año 1968, en el local de la CGT se realiza el Congreso Fundacional de la Mesa Coordinadora Nacional. El Congreso eligió su dirección y de Salvo fue electo Secretario General y luego reelecto por varios períodos en ese cargo. En esos años recorrió junto a otros compañeros todo el país, constituyendo Centros de jubilados en todas partes. En vista de que pocos gremios (Bancarios, Ferroviarios, Empleados de Comercio y algunos otros) tenían servicio asistencial, la Mesa Coordinadora Nacional se lanza a una gran campaña de movilización y actos en todo el país, y logran en el año 1971 que se sancione la ley 19032, que estableció el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, conocido popularmente como la Obra Social Pami, que llegó a ser la obra social más importante de Sudamérica.

El primer período fue administrado por los jubilados y el Estado, y el Instituto funcionaba muy bien en sus servicios asistenciales. Luego fue intervenido por los gobiernos que se sucedieron hasta la fecha, que sólo vieron en el Pami una gran fuente de recursos para el Estado, y se fue introduciendo un manejo burocrático que perjudicó al Instituto y a los jubilados hasta la fecha, en que la Mesa Coordinadora del presente lucha por lograr la dirección democrática y participativa de los jubilados, para mejorar su actividad y sanear los métodos corruptos que se introdujeron por obra de las sucesivas intervenciones.

Su herencia histórica

el legendario dirigente del gremio ferroviario y las nuevas promociones del poderoso gremio ferroviario, que luchan contra los jerarcas empresarios enquistados en el seno de la organización.

Encontrarán en el ejemplo de Luis de Salvo, inspiración para luchar con tenacidad ejemplar en la defensa de los derechos sindicales y en la actividad revolucionaria de nuestros días.

El compañero de Salvo, que admiraba a su padre por su lucha garibaldina en Italia y en la Revolución del 90 junto a Leandro N. Alem, decía al final de sus días: «cumplí con mi padre y con mi clase».

Podemos decir los socialistas del siglo 21 que de Salvo cumplió con gran solvencia patriótica, las tareas que abordó a lo largo de su fecunda vida.