
Cómo se controla???.
Los psiquiatras lo comparan con una montaña rusa. El paciente sube y baja, pasa de la euforia a la depresión, llega a lo más alto y vuelve a caer como un acróbata sin red. Los vaivenes emocionales pueden resultar vertiginosos, se suceden los raptos de omnipotencia y los pozos de desánimo, hay momentos de irritación y otros de alegría desmesurada. Se llama trastorno bipolar –o psicosis maniaco depresiva, como se lo definía antes– y afecta a cuatro de cada cien argentinos.
Cristina Fernández de Kirchner es una de ellos, según fuentes médicas cercanas a la senadora.Desde ya, no se trata de una intromisión en la vida privada de la Primera Dama, sino de un dato que debería ser público por su condición de legisladora y candidata presidencial.
La senadora es una de las dos personas más poderosas de la Argentina
la otra es su marido– y sus decisiones repercuten sobre la vida de millones de ciudadanos, que tienen derecho a saber si actúa en la plenitud de sus facultades. Así ocurre en los países más serios del mundo.
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